La banca ética latinoamericana como el corazón de la economía y de las industrias creativas

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Una institución financiera con principios éticos de inversión y con una visión latinoamericana de los desafíos estructurales del continente financia empresas de las industrias creativas para promover la libertad cultural y construir una sociedad más inclusiva.

El continente más desigual del mundo está plagado de desafíos asociados con la pobreza, el acceso al agua potable, el malestar social, la segregación urbana y el desconocimiento de la problemática ambiental, entre otros. Esta muestra de las dificultades que enfrenta América Latina evidencia la necesidad de abordar los problemas desde una perspectiva integral, que vaya más allá de los niveles de ingresos y las líneas de pobreza; requiere un enfoque multidimensional para enfrentar los desafíos estructurales de nuestro continente.

Banca Ética Latinoamericana es un proyecto de banca dirigido por la Fundación Dinero y Conciencia, que intenta comprender los desafíos estructurales de América Latina desde una perspectiva integral y abordarlos a través del sistema financiero. Es una propuesta superadora de las soluciones actuales de microfinanciamiento e inclusión financiera. Se trata de un banco que genera impacto, combinando una banca regulada con varios vehículos financieros (como el crowdfunding y los fondos de inversión), para ofrecer soluciones en materia de financiación a empresas e instituciones involucradas en la educación, la cultura, el desarrollo social y el medioambiente, sectores que se han planteado como retos principales en América Latina.

Los orígenes de Banca Ética Latinoamericana se remontan a Doble Impacto, una plataforma de inversión chilena. Desde su creación en 2017, el objetivo ha sido conectar organizaciones que necesitan financiación para generar un impacto social o ambiental con inversores dispuestos a financiar estas soluciones en tanto obtienen un retorno financiero.

Trabajamos en un contexto en que las contribuciones del arte y la cultura a la economía han sido pasadas por alto, y en que el sector cultural ha tenido dificultades para identificar sus propios procesos económicos.

Uno de los sectores estratégicos de inversión de este proyecto de banca son las industrias creativas, en las que nuestro objetivo es ayudar a construir una sociedad más equitativa y sostenible, y promover la libertad de la cultura a través del desarrollo y la puesta en valor de ideas e innovación. En línea con estos objetivos, trabajamos en las siguientes áreas:

Calidad: Promovemos la producción de contenido cultural y creativo de calidad y una mayor diversidad de expresión y lenguajes de implementación. Nuestro objetivo es asegurar que las personas tengan una mejor experiencia como público o consumidores y una mayor integración social, y aumentar así la demanda de bienes culturales.

Acceso: Promovemos iniciativas que democratizan los bienes culturales y creativos. Queremos generar más públicos, reducir las barreras para acceder a contenidos culturales, y aportar diversidad en canales de difusión a través de nuevas plataformas de participación.

Dar valor al sector: Alentamos el desarrollo comercial del sector y la capacidad emprendedora de los profesionales de la cultura. También aspiramos a darles a los artistas y la gente creativa el lugar que merecen en la economía y la sociedad.

Desarrollo sostenible: Desde el sector privado, nos posicionamos como una alternativa de financiamiento real para las organizaciones de la industria creativa. Además de subsidios estatales o donaciones privadas, la banca debería ser una oportunidad de desarrollo para este sector.

Ecosistema: Promovemos una interacción robusta y dinámica entre los diferentes actores de las industrias creativas. Desde el rol que desempeñamos, queremos generar networking y trabajo colaborativo dentro del ecosistema.

Por ello, nuestra estrategia para el sector de las industrias creativas apunta a financiar organizaciones cuyas iniciativas sean parte de la cadena de valor de creación, producción, distribución, exhibición y comercialización del contenido artístico, creativo e innovador.

Cada organización que requiere financiamiento pasa por un proceso de evaluación completa en cuanto al riesgo y el impacto. Esta evaluación pretende adentrarse en el objetivo de la compañía y en el problema que enfrenta, analizar la calidad de su oferta a través de sus políticas y su cadena de valor, y evaluar la solución que tiene pensado implementar. Al cabo de este proceso, se ofrece un crédito de calidad con una estructuración financiera que se adapte al cliente y considere las variables del negocio y la industria.

Nuestro equipo incluye expertos en el sector, ejecutivos comerciales y analistas de riesgo, quienes, desarrollando lazos de cercanía y confianza con actores clave y ofreciendo expertise en necesidades, leyes y regulaciones, están conectados de modo permanente con el ecosistema de los sectores que representan los desafíos estructurales de nuestra economía.

Hemos enfrentado dos grandes desafíos en el ámbito de las industrias creativas. El primero tiene que ver con la estructura diferente de las organizaciones de las que nos ocupamos. En Chile hay por lo menos cinco tipos diferentes de organización a las que tenemos que entender en su contexto para poder proponer el mejor camino financiero. El segundo desafío es crear confianza y fomentar el trabajo colaborativo entre este sector y la industria bancaria. Trabajamos en un contexto en que las contribuciones del arte y la cultura a la economía han sido pasadas por alto, y en que el sector cultural ha tenido dificultades para identificar sus propios procesos económicos.

Hasta la fecha, Doble Impacto ha gestionado el financiamiento de más de USD20 millones, de los cuales el 10% se ha prestado a diferentes organizaciones del ámbito de las industrias creativas, tales como compañías de producción audiovisual, editoriales y compañías teatrales, pero también, festivales, empresas de medios de comunicación, librerías, teatros y estudios de arquitectura. Estos créditos de calidad han tenido un impacto en cuanto al acceso a experiencias culturales; obras creadas y promovidas; libros producidos, distribuidos y vendidos, y restauración de obras patrimoniales.

Los proyectos que contiene el portafolio de Doble Impacto incluyen dos compañías de producción que desarrollaron una serie animada educativa para niños, transmitida en más de 50 países del mundo. Dichas compañías no podían acceder a la industria de la banca y tenían muy pocas alternativas financieras. También apoyamos a cinco editoriales de la industria del libro. En cada caso, fuimos la única fuente de financiamiento a la que pudieron acceder las organizaciones en aquel momento. En la industria del entretenimiento, financiamos la creación de una obra teatral alineada con los programas del Ministerio de Educación, dirigida a estudiantes, profesores y familias. Los prestamistas del cliente tenían costos muy elevados, y fuimos un socio comercial clave para entender el proyecto y evaluar las necesidades financieras.

Durante los últimos tres años, nos hemos abocado a conocer mejor a quienes trabajan para abordar los desafíos estructurales que tiene nuestra sociedad en Brasil, Colombia, la Argentina y Uruguay, y a conectarnos con ellos.

En este momento estamos posicionados para diseñar un plan estratégico que abarque el mercado latinoamericano y establezca una institución financiera con una propuesta de valor innovadora. El objetivo es generar un impacto en el continente y un plan de trabajo que sea económicamente sustentable.

En 2020 estamos desarrollando la institución financiera a nivel regional, con un alcance en toda América Latina, en lugar de un enfoque por país. También estamos escalando, en Chile, la plataforma del portafolio de préstamos de Doble Impacto para alcanzar el volumen que requiere la creación de una banca regulada en el país; empezará a operar en 2023.

Un enfoque de cartera para invertir en la economía creativa