La cultura como motor de desarrollo en la Ciudad de Buenos Aires

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La cultura desempeña un rol vital tanto en la economía como en la vida de Buenos Aires. Durante la pandemia, un Ministerio de Cultura comprometido ha trabajado arduamente para defenderla.

En Buenos Aires, como en todo el mundo, la pandemia de la COVID-19 ha presentado desafíos sin precedentes en el sector cultural. El 18 de marzo se impuso un estricto confinamiento en nuestro país. La decisión de aislarnos en nuestros hogares se tomó con el fin de salvaguardarnos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y a toda la comunidad. Se interrumpieron las rutinas diarias. Los cines, bibliotecas, teatros y librerías, entre muchos otros espacios culturales, tuvieron que cerrar sus puertas y suspender temporalmente sus actividades. Pero estas nuevas circunstancias no impidieron el surgimiento de ideas creativas e innovadoras, diseñadas para ayudarnos a enfrentar juntos estos desafíos.

La cultura tiene una importancia central en la Ciudad de Buenos Aires, tanto en términos de identidad como desde el punto de vista económico. En nuestro país, somos el distrito que más invierte en cultura, tanto per cápita como en proporción al presupuesto total del distrito. De toda la inversión pública en cultura en la Argentina, incluida la invertida por el Gobierno nacional y todas las provincias, el 25% proviene del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Casi la mitad de los empleos formales del sector cultural de todo el país se encuentran en nuestra ciudad, y el 84% de estos, vinculados a dos sectores: audiovisual y editorial. Por volumen de ingresos, el sector audiovisual es el más importante, con el 73% de ingresos totales del sector cultural, seguido de la industria editorial, y luego la música y el teatro, entre otros.1

La ciudad también es rica en cultura independiente. Existen más de 450 espacios culturales independientes, que van desde teatros y centros culturales hasta clubes de música y milongas (clubes de tango). Un análisis de los ingresos de estos espacios nos permitió identificar varios componentes principales: la venta de entradas representa el 53% de los ingresos, los servicios de catering representan el 22%, y el 25% restante de los ingresos se genera a través de cursos o clases y alquileres para eventos.

Este sector fue uno de los más afectados por la suspensión de todas las actividades con asistencia de público, y la gran cantidad de productores y gestores culturales de nuestra ciudad necesitaban urgentemente nuestro apoyo. En respuesta, desarrollamos diversas alternativas y políticas públicas. Implementamos varios programas que buscan apoyar disciplinas artísticas y espacios en todo el sector cultural, desde el tango hasta las librerías y el teatro independiente. Uno de estos programas es Impulso Cultural que incluye BAMilonga, Proteatro, BAMúsica, Prodanza, Fondo Metropolitano de las Artes y Mecenazgo. A través de Impulso Cultural, buscamos potenciar y promover el desarrollo de proyectos del sector independiente, asistiéndolos con recursos concretos.

En este período de extraordinario aislamiento, hemos podido constatar el papel fundamental de la cultura como aporte al bienestar de todas las personas; estamos convencidos de que es un motor de desarrollo humano y social.

En el contexto de la pandemia, decidimos aumentar la financiación proporcionada a estos programas, en muchos casos en un 50%, y en otros en un 35%, lo cual llevó el total de aproximadamente USD132.000 millones a casi USD180.000 millones. También habilitamos cines, librerías, tiendas de discos, galerías de arte, teatros comerciales, discotecas y bares, entre otros espacios culturales, para solicitar la exención del impuesto local de alumbrado, barrido y limpieza para los meses de junio y julio. Esta medida ayudó a apoyar a 1000 establecimientos dedicados a actividades culturales.

Además trabajamos con el banco público de la ciudad, Banco Ciudad, para crear subvenciones, convocatorias de financiación y préstamos como incentivos para que los artistas de nuestra ciudad continuaran desarrollando sus profesiones. Mantuvimos un diálogo constante con los diferentes colectivos artísticos para desarrollar este paquete de apoyo, reflejando nuestra convicción de que la administración pública funciona mejor cuando trabaja en colaboración con el sector privado.

Uno de nuestros principales objetivos es conseguir que cada vez más empresas apoyen espacios culturales independientes. Para ello, en 2018 aprobamos la Ley de Participación Cultural-Mecenazgo, con la que mejoramos el programa de financiación que estimula el desarrollo de proyectos artísticos y culturales. A través de este programa, los contribuyentes podrían destinar parte del pago del impuesto a ingresos brutos en la Ciudad de Buenos Aires a apoyar proyectos culturales y artísticos.

La Ley de Mecenazgo Cultural establece un financiamiento mínimo del 0,5% y un máximo del 1,5% del impuesto sobre ingresos brutos recaudado por la Ciudad el año anterior. Al estimular la inversión privada, libera recursos públicos para financiar un mayor número de proyectos. Se presta especial atención a la rotación en la selección de proyectos para ampliar la base de beneficiarios. Este vehículo financiero ha sido una fuente fundamental de apoyo económico para los artistas y creadores culturales que producen en nuestra ciudad.

Otro principio central de nuestra administración es asegurar el acceso de todos a la cultura. Por eso, al inicio del confinamiento, creamos la plataforma virtual BA Cultura en Casa. En este espacio digital compartimos obras de teatro, películas, conciertos, charlas y talleres de las colecciones de espacios culturales icónicos como el Teatro San Martín, el Teatro Colón y la Usina del Arte. Se puede acceder a este contenido de forma gratuita; como resultado, más de 10 millones de personas pudieron acceder a una amplia gama de actividades culturales desde sus hogares. Esta ventana digital, que ahora se ha vuelto permanente, nos permitió apoyar a los artistas para que sigan compartiendo y exponiendo su obra, llegando a nuevos públicos en la Argentina y en otros países, como Colombia, Chile, Italia y Canadá, con los que firmamos convenios de intercambio cultural.

Al mismo tiempo, comenzamos a trabajar con especialistas en salud para desarrollar diferentes protocolos para el retorno seguro y gradual de muchas actividades. Hemos organizado “eventos de automóviles”, espectáculos a los que la gente puede asistir en sus automóviles, así como conciertos en vivo, y varios museos, bibliotecas y galerías de arte están funcionando sin público pero realizando diferentes actividades y trabajos.

La pantalla proporciona una nueva forma de encontrar a la audiencia. Es por eso que seguiremos apoyando cada vez más espacios para incorporar nuevas herramientas que les permitan operar y monetizar su trabajo, y de este modo generar los ingresos que necesitan para continuar con sus actividades del día a día. A su vez, imaginamos la ciudad como una plataforma con espacios de participación cultural en todas partes. El espacio público será fundamental para que más artistas y creativos culturales compartan y desarrollen su trabajo garantizando la salud y seguridad de todos.

Los desafíos son importantes, pero la cultura tendrá un papel fundamental en la reconstrucción social y económica que tendremos que afrontar. En este período de extraordinario aislamiento, hemos podido constatar el papel fundamental de la cultura como aporte al bienestar de todas las personas. Estamos convencidos de que es un motor de desarrollo humano y social. Nuestro compromiso, independientemente de las dificultades, es que este motor siga generando oportunidades de crecimiento en las que todos puedan potenciar su capacidad creativa.

1. Según los informes del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE) del Ministerio de Trabajo. Este cálculo fue realizado por Data Cultura a partir de información del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE) del Ministerio de Trabajo. Estos son empleos privados formales.

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