Los fondos de inversión en arte pueden jugar un papel determinante en el desarrollo del ecosistema del arte africano y diaspórico

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Un nuevo fondo de inversión busca impulsar la visibilidad y el reconocimiento del arte contemporáneo africano y diaspórico al mismo tiempo que logra un impacto social.

El interés que suscita el arte africano y diaspórico ha disfrutado de un incremento acelerado en el transcurso de los últimos años. Un grupo de coleccionistas que se expande, un crecimiento en la apreciación del arte y una inclusión incremental en plataformas establecidas han posicionado a este mercado como una nueva frontera cuyo valor está por ser descubierto. La aparición de ferias, museos, residencias y galerías de arte dedicados al arte africano y diaspórico realza tanto el renacimiento creativo que está teniendo lugar entre las comunidades Negras en todo el mundo como el interés colectivo en construir una base sólida que permita el crecimiento. El clima sociopolítico mundial actual, que está facilitando nuevas conversaciones acerca de los problemas que se desprenden de la falta de diversidad en el mundo el arte, anuncia un nuevo amanecer para el arte africano y diaspórico.

Los logros conseguidos a la fecha parecen haber tenido un impacto menor sobre el cánon global del arte. Un estudio de 2018 que analizó los 18 museos más importantes de Estados Unidos estimó que el 85% de los artistas incluidos en sus colecciones permanentes son blancos. Esta cifra hace palidecer, en comparación, al 1.2% de los artistas afroamericanos y al 0.4% de los artistas africanos. Un estudio similar hecho por In Other Words identificó que solamente el 2.4% de las adquisiciones que hicieron los 30 museos más importantes de Estados Unidos entre 2008 y 2018 fueron obras de artistas afroamericanos. A pesar de la enorme contribución que han hecho los artistas de ascendencia africana a los movimientos y narrativas globales del arte, aún persiste su rampante exclusión del cánon del arte, lo cual sugiere que se requiere un abordaje más radical y estratégico para que pueda haber un verdadero cambio. Nuestra decisión de fundar un fondo de inversión pionero en el arte africano y diaspórico contemporáneo se basó en nuestra creencia en que los modelos de inversión pueden jugar el papel de catalizadores para el progreso del ecosistema del arte.

El arte y la inversión han estado interconectados desde hace muchos años. El primer fondo de inversión en arte del que se tenga registro fue fundado en París en 1904 por André Level, y desde entonces los fondos más conocidos como el British Rail Pension Fund (creado en la década de 1970) y el Fine Art Fund (2004 – 2009) han preparado el camino para que haya un mayor reconocimiento del arte como un activo en el que se puede invertir. Sin embargo, entre los inversionistas y profesionales del arte hay poca comprensión del posicionamiento que tienen los fondos de inversión dentro del mercado del arte, así como de su relevancia en el ecosistema del arte. En términos generales, los fondos de inversión en arte son vehículos de inversión privados, dedicados principalmente a la generación de rendimientos rentables a través de la adquisición y exposición de obras de arte. La naturaleza de los fondos de inversión en arte normalmente es de largo plazo y cerrada, y son manejados por especialistas en inversión en arte con un profundo conocimiento de las complejidades del mundo del arte.

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El auge de los fondos de inversión en arte durante los últimos 12 años puede ser atribuido en gran medida al estable desempeño que ha tenido el mercado del arte durante los últimos 20 años, lo cual ha llamado la atención de los inversionistas que están buscando diversificar su portafolio y ha causado el surgimiento de los fondos de inversión en arte chinos.

Los fondos de inversión en arte chinos aparecieron en 2008 y jugaron un papel determinante en la trayectoria de crecimiento del mercado del arte chino. Esta inversión consagrada a los artistas chinos fue decisiva para el reconocimiento global del arte chino contemporáneo y la subsecuente alza de sus avalúos. Los fondos de inversión en arte le dieron origen a una cultura del coleccionismo más jóven y dinámica y a una infraestructura artística en expansión que gradualmente posicionaron a China como uno de los mercados del arte más grandes a nivel global.

Dado este persuasivo ejemplo del papel que dichos fondos pueden jugar como catalizadores para validar los avalúos y lograr inversiones más profundas en el ecosistema del arte, fue fácil tomar la decisión de lanzar un fondo de inversión en arte como parte de un esfuerzo más amplio para apuntalar la visibilidad del arte africano y diaspórico. En un contexto de micro y macro dinámicas favorables en las comunidades africanas y diaspóricas, incluyendo una clase media en crecimiento y la población joven africana, el momento parecía ser oportuno. Para alinear nuestro enfoque con la visión de largo plazo de un mundo del arte más equitativo y honrar el valor central más importante de nuestra organización, el impacto, fue crucial integrar una agenda social robusta con el tejido de la estrategia del fondo.

Identificamos cuatro principios centrales sobre los cuales debíamos construir para abordar los problemas específicos del mercado y definir estrategias de inversión responsables:

Visibilidad: Mientras los museos sean cruciales en el establecimiento y la redefinición de narrativas que configuran al cánon del arte, implementar un programa de préstamos activo permite que las obras sean vistas y se establezca una relación con ellas a una escala mayor. Nuestra decisión de construir relaciones con museos en África y las comunidades diaspóricas reta a la idea de que las obras de arte importantes de artistas establecidos solamente pueden  ser exhibidas en las regiones artísticas más importantes del mundo.

Colaboración: Las bajas visibilidad y representación de los artistas tienen un impacto directo sobre la habilidad para atraer financiación para proyectos ambiciosos. Comisionar obras de arte puede, potencialmente, crear hitos en las carreras de los artistas que de otra manera no habrían sido posibles, especialmente cuando el impacto resulta amplificado a través de las colaboraciones con nuestra red más amplia de museos, galerías y curadores.

Comunidad: En ausencia de una infraestructura desarrollada, las organizaciones artísticas locales (principalmente las residencias y los centros culturales) se han constituido como los principales recursos para fomentar el talento artístico. Tenemos la meta de seguir apoyando el surgimiento de infraestructura local a través de mentorías, de alianzas programáticas e iniciativas que promuevan la nueva generación de talentos en el terreno.

Diversidad: Las mujeres artistas solamente representan el 12.6% de las obras de arte en las colecciones de los museos más importantes de Estados Unidos, y en promedio venden sus obras en subasta a un precio un 48.8% menor que el de hombres artistas similares. Este sesgo es aún más marcado contra las mujeres artistas de descendencia africana, quienes representan menos del 1% de las obras de arte en las colecciones de los museos más importantes de Estados Unidos, a pesar de conformar algunas de las voces más interesantes en el arte actual: hay que tener en cuenta, por ejemplo, a Julie Mehretu, Simone Yvette Leigh y Wangechi Mutu. Nuestro compromiso con invertir el 50% de los activos que manejamos en mujeres artistas está diseñado para atajar este desbalance.

Si vemos la inversión como la clave para liberar el verdadero potencial de la economía creativa, entonces los fondos de inversión en arte tienen la oportunidad de construir un respaldo y un apoyo importantes para el desarrollo del ecosistema al tiempo que honra sus obligaciones con las metas financieras. A medida que empiezan a aparecer nuevos fondos en el mercado del arte africano y diaspórico en este punto de inflexión en su trayectoria de crecimiento, esperamos que se unan a nosotros en nuestra búsqueda de impacto y la conviertan en una de sus metas principales. El momento es ahora.

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