Construir capital social a través del diseño colaborativo

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Un sello discográfico nacido en una prisión del Reino Unido está proporcionando a los participantes habilidades vitales a través de la composición musical y la co-creación.

Soy muy afortunado. Me lo recuerdo a mí mismo todos los días. Mi trabajo gira en torno a la creatividad y la colaboración; a menudo se trata de colaborar con aquellos que se encuentran en las circunstancias más difíciles. Dificultad y creatividad parecen ser compañeros naturales. Al fin y al cabo, la necesidad es la madre de la invención; pero este emparejamiento tiene un lado más oscuro. Las corrientes de creatividad no siempre fluyen libremente hacia aquellos a quienes la sociedad elige ignorar. La innovación a menudo puede ser un lujo de quienes son visibles, conocidos y aceptados.

Son muchos los creativos que optan por usar el poder de la innovación para tomarse los espacios liminales de la invisibilidad social. Me he sentido atraído por estos espacios liminales desde que era niño, no solo porque creo que este es el punto preciso en el que el arte y el diseño pueden intervenir, sino además porque mi vida se ha enriquecido gracias a ello. Desde que llegué a Londres en calidad de inmigrante del Oriente Medio, estos espacios me han sido familiares. Sé lo que es estar al margen, y sé lo que es ser lo suficientemente visible como para que mis diferencias me hagan invisible.

Durante las últimas dos décadas, he tenido el privilegio de colaborar con habitantes de las prisiones de Su Majestad y con comunidades dispares incrustadas en la indigencia. He sido testigo de innumerables ejemplos de las formas en que la creatividad nutre, enriquece y fortalece a los barrios.

InHouse Records es un sello discográfico que nació en una de las prisiones de Su Majestad (HMP Elmley) y se desarrolló con base en una narrativa completamente colaborativa. Ha crecido para proporcionar capacitación basada en habilidades para la comunidad y mientras los participantes están bajo custodia. El sello ofrece a los participantes una oportunidad para aspirar a más, así como el incremento de las habilidades que les permiten convertirse en mejores padres, esposos y miembros de la sociedad. InHouse tiene una tasa de reincidencia muy baja (menos del 1 %), lo que lo convierte en un programa de rehabilitación muy exitoso. Sin embargo, para muchas personas, InHouse es simplemente un sello discográfico que hace música que se publica y distribuye a través de Sony, música que se interpreta en vivo, y que incluso ha estado presente en los escenarios de Latitude y el Festival de Brighton este año.

En el corazón de InHouse se encuentra la creatividad: una creatividad que vive en las circunstancias más desafiantes y que demuestra claramente que hacer algo juntos proporciona mucho más que solamente las cosas que se hacen. Los hombres descubren que hacer algo juntos requiere colaboración, lo cual necesita su propio conjunto de herramientas matizadas: comunicación, responsabilidad y adaptabilidad. Estas son las herramientas del proceso co-creativo que a menudo se pasan por alto, pero sin ellas la co-creación no puede suceder.

La comunicación necesaria para la colaboración en estas difíciles circunstancias requiere y permite a los participantes cerrar las profundas brechas resultantes de las experiencias adversas de la infancia y la pobreza generacional. La alfabetización comunicativa mejorada, que incluye la comunicación escrita, visual, verbal y no verbal (lenguaje corporal), permite un intercambio de ideas más expresivo. A través de una mejor comunicación, estamos expuestos a las ideas de otras personas, lo cual abre las puertas a una mayor adaptabilidad. En resumen, compartir ideas conduce a más aprendizajes.

Para InHouse Records, la composición es el proceso concreto a través del cual se nutren las competencias de comunicación, responsabilidad y adaptabilidad. La composición le brinda al compositor la oportunidad de expresar narraciones que de otro modo podrían haber sido difíciles de articular. Al contar estas historias, el compositor no solo desarrolla habilidades de comunicación, sino que también comienza a abrir la puerta a la responsabilidad.

Casi todos los compositores de InHouse cambiarán su historia a través de la composición, asumiendo más responsabilidad a medida que comienzan comprender mejor su pasado para construir un futuro más seguro.

Todos construimos nuestras propias narrativas a partir de los eventos y las experiencias de nuestras vidas. A medida que aprendemos más sobre nosotros mismos, se presenta la oportunidad de cambiar nuestra historia a (con suerte) una representación más precisa, lo que nos permite asumir las partes de nuestra historia que pueden ser incómodas. Para los artistas de InHouse, cada canción es una oportunidad para ver su propia historia; para comenzar un proceso de desafío y análisis. Casi todos los compositores de InHouse cambiarán su narrativa a través de la composición, asumiendo más responsabilidad a medida que comienzan comprender mejor su pasado para construir un futuro más seguro.

El crecimiento en comunicación y responsabilidad a través del proceso de escritura de canciones genera capacidad de aprendizaje, o adaptabilidad. Seamos claros: la adaptabilidad no es otra manera de decir «resiliencia». Más bien, debe ser un subproducto orgánico de la comprensión mutua, de estar abiertos a nuevas ideas y nuevas formas de pensar, de proporcionar un flujo sostenible de creatividad. Cuando las ideas se escuchan, se repiten y se adoptan, la gente comienza a pensar menos como un «yo» y más como un «colectivo», como un vecindario. Una mayor responsabilidad, alentada por el espíritu creativo, es la última pieza del rompecabezas del proceso de colaboración. Los individuos comienzan a pensar como un grupo; el colectivo se apoya entre sí; un alumno que participa en el ejercicio aprende todas las letras de una canción country y western, escrita por su colega de InHouse, como un acto de solidaridad.

Las habilidades desarrolladas a partir de un proceso de colaboración en InHouse (comunicación, responsabilidad y adaptabilidad) forman el núcleo del capital social que la desintegración sistémica elimina. Hubo un tiempo en que el sistema de justicia penal del Reino Unido empleaba máquinas para castigar el cuerpo. La justicia se impartió a través de instrumentos como el cepo, el potro o la soga del verdugo. Gradualmente, se pasó de castigar el cuerpo a castigar el alma, y se pasó de usar máquinas a usar regímenes. Cuando el alma es castigada, debemos encontrar y hablar el lenguaje del alma para abrir un nuevo diálogo. La creatividad y las artes son el lenguaje más claro del alma, y la música puede traducir historias que antes eran imposibles de articular.

A través de la creatividad y las habilidades para colaborar, lo que es invisible puede hacerse más visible y lo que la sociedad elige ocultar de su vista puede ser revelado gradualmente. Una nueva perspectiva se forma a través de la colaboración creativa, y a través de esta lente todos podemos ver una mejor manera de ser humano.

FILMANDES, una experiencia en la industria creativa